Cómo una buena calificación energética puede aumentar el valor de tu vivienda

¿Sabías que la etiqueta de Eficiencia Energética es obligatoria en todas las ofertas de venta o alquiler de propiedades? Así lo indica el artículo 15 del Real Decreto 390/2021 por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética.

“La etiqueta de eficiencia energética se incluirá en toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o arrendamiento del edificio o de parte del mismo. Deberá figurar siempre en la etiqueta de eficiencia energética, de forma clara e inequívoca, si se refiere al certificado de eficiencia energética de proyecto, de obra terminada o de edificio existente”.

Además de ser un requisito obligatorio en la comercialización de inmuebles, el Certificado de Eficiencia Energética potencia la valoración de la vivienda. Pero ¿cómo? Descubre, a continuación, las razones por las que una buena calificación energética puede aumentar el precio de venta de un inmueble.

El Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es un documento oficial que evalúa el consumo de una vivienda o edificio. Se trata de un certificado que clasifica la energía que gasta un inmueble en una escala de la A, la más eficiente, a la G, la menos eficiente.

Gracias a esta documentación, obligatoria en España para vender o alquilar pisos, los interesados pueden tener un mejor conocimiento e información más transparente sobre el consumo de energía del inmueble y las emisiones de CO2 antes de tomar la decisión de compra o alquiler.

Una buena calificación energética puede estar vinculada al incremento del precio de venta de la vivienda respecto a otras con peores calificaciones. ¿Cómo es considerado este factor por la demanda de vivienda?

Hay que tener en cuenta que la media española se encuentra en la calificación energética E, por lo que si vas a vender un piso con un certificado energético de A, B o, incluso C, probablemente el valor de tu inmueble ascienda. Veamos los motivos a continuación.

Las mejores calificaciones energéticas están relacionadas con un alto confort térmico y acústico en el interior de la vivienda, lo que contribuye a una mayor calidad de vida. Y es que las viviendas con mejores calificaciones en el CEE suelen estar mejor aisladas gracias a las ventanas de doble acristalamiento, al revestimiento de paredes y techos o al uso de sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes.

De acuerdo con los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), más del 80% de los edificios y viviendas en España reciben una calificación energética E, F o G. Según la nueva directiva de Eficiencia Energética de la Edificación, los edificios deberían recibir la calificación energética de A o B a partir de 2040.

Dado que los expertos dudan de la posibilidad de esta rápida adaptación de las viviendas actuales, los inmuebles que ahora sí están cumpliendo con esta normativa destacan frente a las demás viviendas del mercado.

Estas generan un menor impacto ambiental y también suponen un ahorro para el bolsillo de quienes deciden comprar una casa eficiente, ya que consumen menos energía que las viviendas con peores calificaciones

Aunque para la mayoría de compradores lo más importante para tomar la decisión de compra es el precio del inmueble, buena parte de la demanda empieza a considerar la calificación energética de la vivienda como factor decisivo.

La conciencia ambiental está en aumento y cada vez son más los compradores que están dispuestos a pagar más por propiedades que reflejen sus valores sostenibles y les permitan ahorrar más energía a largo plazo.

El ahorro en las facturas que supone para las familias un inmueble con buena calificación energética es una de las mayores ventajas. Aunque la vivienda tenga un precio más elevado, al consumir menos energía, merece la pena decantarse por este tipo de inmuebles, ya que el impacto en la economía doméstica será considerable a lo largo de los años.

Además, los compradores piensan en la adquisición de una vivienda como una inversión, y un buen certificado energético puede ser un fuerte argumento de venta de cara a futuro.

Las mejores calificaciones energéticas van asociadas a materiales de construcción de mejor calidad y mejores acabados en términos de aislamiento térmico y acústico. El comprador tendrá la sensación de invertir en una vivienda que requiere de un menor mantenimiento, con una durabilidad mayor y, en general, una construcción de mejor calidad.

Uno de los motivos por lo que los compradores prefieren la adquisición de viviendas de obra nueva es precisamente este: reducir la necesidad de reparaciones y mantenimiento a largo plazo.

Las normativas sobre eficiencia energética son una realidad. Es por eso que muchas personas prefieren anticiparse eligiendo inmuebles eficientes que se adapten a los altos estándares de eficiencia energética que se esperan para los próximos años, lo que implica un mayor precio de venta.

Electrodomésticos de bajo consumo, placas solares, sistemas de calefacción eficiente… Las viviendas con las mejores calificaciones cuentan con un equipamiento más actualizado, renovado y menos contaminante que el resto de inmuebles, lo que se traduce en un valor de venta de vivienda más elevado.

Este tipo de edificios son más respetuosos con el medio ambiente, emitiendo menos contaminantes y utilizando los recursos de una forma más sostenible y económica en relación al coste de las facturas de energía.

¿Por dónde empezar para tramitar el Certificado Energético? Si buscas vender tu piso y prefieres que alguien gestione por ti este trámite obligatorio, apóyate en la experiencia y red de contactos de tu agente iad más cercano.

Se ocupará de acompañarte en todas las partes del proceso de venta, incluida la tramitación de la documentación para la nota simple, cédula de habitabilidad…

Recibe asesoramiento para poner en venta tu vivienda al mejor precio en base a una evaluación de mercado y delega todo el proceso en manos de profesionales locales que ya han vendido otros pisos como el tuyo en la zona.